JOSE GUADALUPE POSADA, ENAMORADO ETERNO DE «LA CATRINA»
(Aguascalientes, 1852 – ciudad de México, 1913) Pintor y caricaturista mexicano, famoso por sus litografías de escenas de muerte y estampas populares y caricaturas sociales, inspiradas en el folclore. Figura destacada del panorama artístico mexicano, José Guadalupe Posada desempeñó en él tan notoria influencia que su papel podría equipararse a la trayectoria del famoso douanier francés, Henri Rousseau, y a su impacto en la evolución del arte europeo de principios del siglo XX; en efecto, la revelación de la obra de Posada confirma su gran predicamento estético y da fe de su empeño en realizar un arte propiamente mexicano.
Poseía un talento natural para el grabado, y no sin haberse visto obligado a superar una empecinada oposición familiar, su padre le permitió ingresar, a los dieciséis años, en el taller profesional de Trinidad Pedroso, reputado maestro de quien aprendió los principios, métodos y secretos del arte litográfico. En estos primeros años de aprendizaje, el joven Posada manifestó una facilidad innata para la caricatura, de tal modo que su mentor logró introducirle en el mundo del periodismo y de la prensa gráfica como dibujante; y logró publicar sus primeras viñetas en el periódico El jicote (1871), cuando el artista acababa de cumplir los diecinueve años.
- Revolución, de José Guadalupe Posada
Las ideas de Posada eran de clara índole progresista y, al servicio de éstas, dibujó caricaturas y bocetos satíricos consagrados, en general, a elaborar una crónica de la vida mexicana de la época o a poner de relieve los sufrimientos de su pueblo bajo el yugo de los grandes terratenientes. Las sátiras de los políticos más influyentes de la época le costaron la cárcel en más de una ocasión. El gran número de encargos que se amontonaban en su taller le obligó a crear una técnica nueva, el grabado al ácido en relieve, mucho más rápida.
«La calavera vestida de mujer elegante, de revolucionaria, de política, de líder sindical, de personaje famoso, de catrina y de cualquier forma que nuestra imaginación lo permita, forma parte de una tradición popular y muy viva en nuestra sociedad. Las calaveras tomaron vida y se volvieron una parte fundamental en la manera en que se representa a la muerte, gracias al talento e ingenio del artista plástico.»
El jarabe en ultratumba